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EN TRANSICIÓN - TRABAJO
Cohabitar Entre- Fase 2.
Exposición. Octubre 2016 - Abril 2017
Idensitat + LaFundició + Sinapsis + Transductores

Fabra i Coats Centre d’Art Contemporani de Barcelona

c/ Sant Adrià, 20. 08030 Barcelona
​932 566 155
barcelona.cat/centredart/


Proyectos de:
Francesc Abad · Amics de la Fabra i Coats · Octavi Comeron · Marion Cruza i Pablo Marte · Raquel Friera · Soy cámara - Ingrid Guardiola, Andrés Hispano i Félix Pérez-Hita · Asociación de Parados de Casería de Montijo, estudiants de la Universitat de Granada, Torreón i FAAQ · Left Hand Rotation · Rogelio López Cuenca · Montserrat Moliner · Julia Montilla · Marc Pataut · María Ruido · Allan Sekula.


22 10 2016 inauguracio 03
22 10 2016 inauguracio 03

 


EN TRANSICIÓN- TRABAJO

Los procesos transitorios transmiten inseguridad, indefinición e inestabilidad, ya que se trata de pasar de un estado a otro, intentando clarificar qué es lo que se deja atrás y tanteando caminos que puedan llevarnos a una especie de futuro deseado. En el marco de Cohabitar entre- hemos planteado dos fases interrelacionadas del programa En Transición: la primera focalizada en el espacio de la ciudad y la segunda en el espacio del trabajo. Las dos desde la mirada de las prácticas artísticas en conexión con el espacio de lo social, y las dos desde la potencia incierta que se proyecta desde los estadios transitorios. Pero también las dos se solapan en un mismo espacio expositivo, construyéndose una sobre los rastros de la otra. En Transición-Ciudad se presentó previamente, y se mantiene una parte de ella; ahora, En Transición-Trabajo se sobrepone incorporando una nueva capa que se suma a la representación de una trama compleja de realidades interconectadas. La transición de los mecanismos de producción afecta tanto a los espacios de la ciudad como a los modos y los lugares donde se realizan los trabajos.

Esta segunda parte, la del trabajo, es claramente oportuna por el espacio en que se presenta como formato expositivo, Fabra i Coats, una antigua fábrica de textil (hilaturas) actualmente en fase de reconversión en centro de arte y vivero de producciones culturales. Creatividad, talento e innovación son las palabras clave que pretenden orientar esta transición hacia el éxito, palabras que por otro lado sufren el desgaste y la cooptación por parte de la teología neoliberal y las industrias creativas. El propio espacio simboliza la transformación del trabajo material, de producción seriada a la inmaterialidad y singularidad de la producción creativa y simbólica. Un espacio que a la vez constituye un renovado contexto urbano que, en su nueva configuración, pugna por reconectarse con el barrio. Los obreros industriales solían vivir en el barrio, y el recinto formaba parte del mismo hábitat; los obreros culturales suelen estar en tránsito, unos más conectados que otros al contexto, pero su presencia provisional es fruto del interinaje propio de toda residencia artística, que acentúa su condición de visitante en un contexto local.

En Transición-Trabajo es una incursión a un tema amplio y complejo, que aquí se articula a partir de una selección acotada de obras y proyectos ya finalizados o en proceso. Todos ellos realizados por artistas que han planteado una aproximación concreta a las dimensiones contemporáneas del trabajo. Estas múltiples dimensiones son las que se encuentran en pleno proceso de transformación, tanto de su propia naturaleza como de todo aquello que lo circunda. Y es que en un país donde el índice de desempleo es el segundo más alto de la Unión Europea (19,6% en julio del 2016), cualquier reflexión, cualquier elemento que contribuya a visibilizar las causas, las consecuencias o los efectos de este desajuste deviene una acción política, por su potencial tanto crítico como propositivo.

CHE fase2 EnTransicio 01

El neoliberalismo triunfó cuando capturó los deseos de los trabajadores de liberarse de las ataduras y las restricciones del fordismo, aunque cayeron en las garras del consumismo, que es el que mantiene el actual sistema (Fisher, 2016: 146). Los sistemas de producción y los procesos de trabajo están profundamente implicados en la forma en que se reproduce la vida cotidiana mediante el consumo (Harvey, 2012: 105). La clase trabajadora ha perdido acción porque ya no se concentra en los espacios industriales, como antes; ahora el espacio productivo es un espacio desterritorializado, y esto ha contribuido a una descomposición de la clase trabajadora, y también a una reorganización de los espacios de la ciudad. La ciudad es un espacio tanto de producción como de consumo. La reconversión de los antiguos centros de trabajo en monumentos, en centros de interpretación o en espacios museificados es parte del proceso de espectacularización y turistización de las ciudades. Los habitantes y los turistas se convierten en coproductores de capital simbólico, en un contexto globalizado (mediante fotografías, vídeos, comentarios que se difunden por las redes, por su propia presencia geolocalizada...), y también en consumidores tanto de servicios locales como de productos globales. Aunque los réditos de este espacio productivo de difusión cultural benefician de manera muy clara a la industria turística y al comercio de marcas transnacionales, y muy poco a la producción cultural contemporánea vinculada a la ciudad. La cultura generada en el contexto puede actuar como elemento corrector en esta tensión entre la producción de cultura local y la extracción globalizada de la cultura tradicional. Los beneficios generados en esta explotación de los hábitats de la ciudad deberían diversificarse de manera que repercutieran en investigación y producción de contenidos contemporáneos en la relación entre cultura y territorio. Muchas veces el «talento creador» es utilizado como avanzadilla de bajo coste en operaciones de transformación urbana, que contemplan desplazamientos forzados propios de la especulación inmobiliaria (gentrificación).

La transformación de la fábrica obrera, de las cadenas de montaje a la fábrica de creación, es también escenario de la aparición de nuevos paradigmas que tienen que ver con el trabajo o la carencia de trabajo asalariado, y sus repercusiones en la calidad de vida de las personas, así como de los espacios que habitan. La flexibilidad, la autonomía, la multiplicación de los espacios de trabajo y su liberación en relación con el espacio físico, la dependencia de unos tiempos que no distinguen entre reproducción social y dedicación laboral, la robotización, la deslocalización, la precarización, la pérdida de poder adquisitivo i la desregulación de los derechos laborales, entre otros factores, configuran toda una serie de valores y elementos que tienen que ver con la evolución y la adaptabilidad del capitalismo, los cambios implementados desde las políticas neoliberales y las consecuencias que inciden en un distanciamiento y dualización de clases sociales.

La cultura, el arte contemporáneo, ha sido una de las actividades que más ha luchado por conseguir altos grados de libertad, autogestión del propio tiempo laboral, no sometimiento a determinados órdenes y cánones de vida, manteniéndose fuera de los mecanismos de producción, aportando y buscando otros valores que van más allá de los criterios de producción. Pero todos estos valores impulsados de manera revolucionaria en las primeras vanguardias y los fructíferos años sesenta han sido completamente absorbidos por las ideologías neoliberales, e impulsados en favor de las clases dominantes del capitalismo financiero, configurados todos ellos en los nuevos valores individuales que el propio sistema demanda.

CHE fase2 EnTransicio 05

En las sociedades donde el trabajo escasea, este pasa a convertirse en un espacio deseado de feroz competitividad, de frustraciones y de vulnerabilidad. Uno de los tabúes asociados al trabajo en los contextos del capitalismo flexible es la noción de fracaso (Sennett, 2000: 124), un concepto que se omite en los manuales para triunfar. Es evidente que el estigma social de no poder resolver las garantías laborales de las personas que habitan en un territorio, más allá de reconocer que el sistema establecido está fracasando, o de repensar estructuras, se distribuye a los individuos, convirtiendo un problema de carácter sistémico en un problema personal. El sentimiento de fracaso invisibiliza, desocializa y contribuye a la desarticulación de posibles movilizaciones contra las políticas insuficientes o los sistemas fallidos. Desproteger a los más vulnerables, impulsar la competencia y potenciar valores como la productividad, el rendimiento, la innovación, la adaptabilidad... es una forma de controlar la protesta organizada de aquellos que son evidenciados como los perdedores. Esta imposibilidad de reducir estos índices, sin mermar aún más los ingresos, y por ello la incapacidad para el consumo de un alto porcentaje de la población, constituye en sí misma una amenaza para el propio sistema capitalista. El capitalismo puede subsistir con pocos trabajadores, pero no puede subsistir sin consumidores. Es por ello que el concepto de salario social básico o renta básica universal (o ingreso ciudadano) es contemplado como algo más que una utopía, en un contexto donde el trabajo social (entendido como la cantidad de trabajo realizado para otros a través de un sistema de mercado basado en el valor de cambio) tiende a debilitarse. Para mantener el crecimiento hay que consumir lo que se produce, y en un escenario próximo muchos empleos, muchas profesiones, serán prescindibles, y gran parte de la población mundial se convertirá en desechable, desde la perspectiva del capital (Harvey, 2014: 118). Según David Harvey, esto hace suponer que aumentarán las formas ficticias de capital, fundamentadas en los sistemas crediticios y las construcciones de valor fetichistas; formas similares o más evolucionadas de lo que fueron los hedge funds o «las preferentes». La renta básica se define como el derecho de todo ciudadano a percibir una cantidad periódica que cubra al menos las necesidades vitales, sin contraprestación alguna. Si el trabajo, articulado por el conocimiento y la cooperación, es cada vez más social y difícil de cuantificar, entonces la remuneración no puede estar vinculada a una actividad laboral concreta y ha de pasar por la distribución de la renta y no solo por el mero salario. En última instancia, el capitalismo se sostiene sobre cantidades ingentes de trabajo no remunerado: todo el trabajo necesario para la reproducción de la vida, que el patriarcado asigna principalmente a las mujeres, no solo no es retribuido, sino que ni tan siquiera es considerado como tal. Estas apreciaciones, que de algún modo entroncan con las tradiciones críticas del pensamiento libertario, el autonomismo, el poscolonialismo o el feminismo, comparten en una u otra medida el rechazo al trabajo como eje organizador de la sociedad y sitúan en su centro el sostenimiento de la propia vida.

En un momento en el que las desigualdades sociales tienden a ampliarse y el riesgo de exclusión a incrementarse, y se ponen en evidencia las debilidades del estado del bienestar, crece la opción de distribución de renta y no solo la percepción de un salario vinculado a una actividad concreta de trabajo. Una sociedad basada en el conocimiento, el saber y la cooperación debe plantear otras formas de distribución de las rentas que no pasen por el mero salario. La discusión de este tipo de planteamientos se propone como un nuevo derecho social, en un contexto donde las rentas que provienen del trabajo disminuyen, frente al incremento de las rentas que provienen del propio capital. La intervención de los gobiernos y los organismos públicos para equilibrar y reducir las desigualdades que todo ello conlleva es algo que está sobre la mesa como problema grave por resolver (Piketty, 2014.

El giro del fordismo al posfordismo, o de las sociedades disciplinarias a las sociedades de control, ha supuesto una intensificación del deseo de los bienes de consumo financiados o a crédito. Uno de los retos es cómo desplegar algunas acciones que eviten las prácticas depredadoras que facilitan la desigualdad social, la consolidación del desempleo, la descualificación tecnológica o la degradación del medio ambiente, todo ello como parte de un contexto marcado por la tensión polarizada entre la ultraconexión y la desconexión entre trabajo y vida. Vidas que se construirán a partir de la inestabilidad y los sucesivos cambios de trabajo, vidas cuyo trabajo consistirá en estar permanentemente disponible, fusionando espacio doméstico y espacio de trabajo, y vidas que no podrán encauzarse en unos ritmos altamente competitivos y con escasas oportunidades. Vidas también que se aprovecharán de las debilidades de otras condiciones de vida, y que seguirán contribuyendo a la tendente desigualdad social.

CHE fase2 EnTransicio 06

De alguna manera, los elementos de base que han fundamentado parte de la práctica del arte del siglo xx, incluyendo los movimientos más críticos, son ahora algunos de los elementos de base de una sociedad capitalista contemporánea, que se identifica con eslóganes como creatividad, flexibilidad, adaptabilidad, independencia, autonomía... Una parte del arte queda absorbido por este giro, igual que la mayoría de nuevas ocupaciones laborales, mientras que otra parte lucha por seguir ubicándose fuera de esta espiral. Una parte importante de la producción artística contemporánea deja de lado la producción objetual, y despliega otros sistemas y mecanismos de producción de carácter inmaterial y procesual. De hecho, la producción contemporánea se fundamenta en la realización de proyectos. Los proyectos son la expresión de un deseo de futuro articulado de manera conceptual, gráfica y presupuestaria, que persigue el objetivo de poder llevarse a término. El hecho de no poder realizar prácticamente nada sin un proyecto previo hace que una gran parte del trabajo consista en redactar proyectos. La lógica del proyecto convierte una gran parte de este ingente trabajo en algo inútil, ya que muchos de los proyectos redactados nunca verán la luz. Según Boris Groys, el proyecto estético ha sustituido la obra de arte, entendiendo el arte como la documentación de una «vida-como-proyecto» (proyectos individuales o colectivos para futuros diversos), independientemente de los resultados (Groys, 2014: 77). La documentación de los procesos, las cartografías, los archivos, los registros temporales, son todo ello manifestaciones formales de la vida como proyecto que, en muchos casos, adquieren voluntad de incidencia y deseo de cambio. Si el trabajo se define como toda actividad que produce objetos o servicios que tengan un valor de uso (Thévenot, Barès, 2000: 55) y la utilidad consiste en aportar alguna cosa que interese a los demás (Sennett, 2006: 61), la producción artística no escapa de esta utilidad social, pero tampoco escapa de una similitud con la acción política o el activismo social, en el sentido de proyección y transformación de los posibles futuros.

Esta exposición pretende poner en relación las transformaciones urbanas y territoriales con las formas de organización del trabajo, entendiendo que unas y otras están perfectamente imbricadas. Cómo los nuevos usos de los espacios son fruto de conquistas y luchas precedentes, pero también de las proyecciones futuras que sobre ellos planean. En el pasado más inmediato se han introducido sustanciales cambios, no solo en lo que concierne a las formas de producción sino también en los rendimientos del capital, la distribución de la riqueza y los efectos sociales que todo ello conlleva. En el contexto contemporáneo esto ha adquirido unas dimensiones intercontinentales, y ya hace tiempo que hemos visto como los espacios de producción se deslocalizaban a otros lugares más desprotegidos a nivel sindical y social. Uno de los conceptos que David Harvey ha introducido para explicar cómo la acumulación de capital construye una geografía a la medida de sus necesidades, es lo que él denomina «arreglo espacial» (spatial fix). El capital desplaza los problemas, pero nunca los resuelve. Y esto lo hace a nivel global, trasladando los espacios de producción a lugares donde puede rentabilizar y multiplicar mejor los excedentes de capital. Uno de los efectos es especializar los territorios y jerarquizarlos, de manera que no tiene el mismo poder un lugar cuya principal producción está relegada al turismo global que otro en el que se concentra el principal control financiero, o que otro que es proveedor de recursos naturales, u otro que es facilitador de mano de obra barata. Todo esto tiene unos efectos claros en el uso, la habitabilidad y la proyección de los espacios de la ciudad.

La transición del barrio obrero al barrio creativo globalizado ejemplifica de manera contundente el cambio de paradigma. El arte, de manera tradicional, ha documentado y se ha interesado por la cultura del trabajo. Esta exposición recoge aportaciones de algunos artistas que en esta línea inciden de manera más política, de forma crítica y/o propositiva, en entender y trabajar sobre el propio concepto de trabajo, y sus relaciones con los espacios.


Bibliografía

Bouza, Fermín (coord.) (2000). Les cultures del treball. Barcelona: Centre de Cultura Contemporània de Barcelona.
Boltanski, Luc; Chiapello, Ève (2002). El nuevo espíritu del capitalismo. Madrid: Ediciones Akal.
Castells, Antoni (1993). Les col·lectivitzacions a Barcelona, 1936-1939. Barcelona: Hacer.
Fernández Duran, Ramón (2010). La quiebra del capitalismo global: 2000-2030. Madrid: Libros en Acción-Virus-Baladre-CGT.
Fisher, Mark (2016). Realismo Capitalista. ¿No hay alternativa? Buenos Aires: Caja Negra.
Groys, Boris (2014). Volverse público. Las transformaciones del arte en el ágora contemporánea. Buenos Aires: Caja Negra.
Harvey, David (2012). El enigma del capital y las crisis del capitalismo. Madrid: Ediciones Akal.
Harvey, David (2014). Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo. Madrid: IAEN-Traficantes de Sueños.
Pisarello, Gerardo; De Cabo, Antonio (eds.) (2006). La renta básica como nuevo derecho ciudadano. Madrid: Trotta.
Sennett, Richard (2000). La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo. Barcelona: Anagrama.
Sennett, Richard (2006). La cultura del nuevo capitalismo. Barcelona: Anagrama.
Thévenot, Jacques; Bàres, Franck (2000). «Les transformacions del treball». En: Fermín Bouza (coord.), Les cultures del treball. Barcelona: Centre de Cultura Contemporània de Barcelona.


Proyectos de:
Francesc Abad · Amics de la Fabra i Coats · Octavi Comeron · Marion Cruza i Pablo Marte · Raquel Friera · Soy cámara - Ingrid Guardiola, Andrés Hispano i Félix Pérez-Hita · Asociación de Parados de Casería de Montijo, estudiants de la Universitat de Granada, Torreón i FAAQ · Left Hand Rotation · Rogelio López Cuenca · Montserrat Moliner · Julia Montilla · Marc Pataut · María Ruido · Allan Sekula.


CHE fase2 EnTransicio 16
FRANCESC ABAD
Paisatge & Pròtesi, 1990
Donación del artista al Centre d’Art la Panera, 2012
Museu d’Art Jaume Morera, Lleida
Para Francesc Abad, el arte es una forma de resistencia. Es el medio para posicionarse de forma crítica en el momento contemporáneo, desplegado a partir de un interés y una lectura de la memoria colectiva. Desde sus inicios en el Grup de Treball hasta en sus obras más recientes, el tema de los mecanismos de producción, desde la perspectiva tanto del arte como de la mirada hacia los espacios de la economía productiva, ha estado presente de forma reiterada. Ha defendido que el artista es un obrero de la cultura y, como tal, juega un papel en el contexto social. A la vez, ha desplegado su trabajo como artista fuera de los mecanismos de producción del mercado del arte, y en algún momento se ha definido como subalterno cultural. De la fábrica como lugar de producción industrial a la fábrica como patrimonio cultural, esta es la transición que han sufrido muchos de los municipios periféricos a la ciudad de Barcelona. Paisajes creados a partir de los procesos de industrialización se convierten ahora en paisajes de la memoria; y paisajes para la reconversión, en lugares de la cultura capitalizada.
En Paisatge & Pròtesi se conjugan imagen y palabra escrita. La obra hace referencia a la ciudad de L’Hospitalet, configurada como una «prótesis» al crecimiento industrial de Barcelona. Los espacios rurales que circundaban Barcelona desaparecieron y dejaron paso a un nuevo paisaje. La transformación del paisaje rural en paisaje industrial, y del paisaje industrial en paisaje cultural, se convierten siempre en prótesis ortopédicas que afectan de forma muy clara a la gente que vivía, vive o vivirá en el territorio donde se proyectan deseos de futuro. La única forma de recordar aquel entorno natural o aquellas fábricas en plena producción es a través de la palabra escrita. La palabra es frágil porque su significado a menudo se desgasta, y la memoria colectiva sin palabras deja de existir.


CHE fase2 EnTransicio 07
Associació d’Amics de la Fabra i Coats y Cohabitar entre-
De Hilaturas Fabra i Coats a Fábrica de Creación

Selección de imágenes que ilustran el pasado obrero del recinto, así como algunas de las actividades comunitarias que en él se celebraban, puestas en relación con imágenes actuales de los espacios convertidos en Fábrica de Creación. Las imágenes históricas proceden del archivo de la Associació d’Amics de la Fabra i Coats, y las del recinto actual son de Xavier Gil y el equipo de Cohabitar entre-.
La asociación Amics de la Fabra i Coats está configurada por extrabajadores de la empresa y tiene el objetivo de promover y colaborar en la recuperación, conservación y difusión de la memoria histórica vinculada a la industria textil, y en particular de la importancia del recinto fabril en el tejido social del barrio y su relación con la ciudad, así como en el contexto industrial catalán.
Fabra i Coats como Fábrica de Creación de Barcelona se define como un equipamiento cultural destinado a dar apoyo a la creatividad, el talento y la innovación en la ciudad. Tiene por objetivo poner en relación la creación más emergente con los diferentes colectivos sociales, a la vez que persigue convertirse en un espacio con proyección internacional.
En este conjunto de imágenes que ilustran la transición de los espacios en relación con la transición del concepto de trabajo, queremos destacar la imagen de la portada de la revista Ideas, editada por Hilaturas Fabra y Coats y publicada en pleno proceso de colectivización de la empresa en julio de 1936. El proceso de colectivización de empresas, así como las agrupaciones de trabajadores, se inició de manera más o menos espontánea por parte de los trabajadores de distintos ramos y sectores en el período de la Segunda República Española, y se aceleró después del golpe de estado del 18 de julio de 1936. La Generalitat de Catalunya quiso regularlo a partir del Decreto de colectivización de industrias y comercios. Fue un proceso que afectó a un 70%-80% de las empresas con más de 100 trabajadores, de manera que la producción y comercialización pasó a ser autogestionada por los mismos trabajadores. Aunque no se pudieron alcanzar plenamente los objetivos, fue una de las transformaciones más radicales de la vida económica, social y cultural del país, que generó un nuevo modelo de socialización de la gestión de los procesos de trabajo y de redistribución de los rendimientos, así como de colectivización de la vida social y cultural de los trabajadores.

 


CHE fase2 EnTransicio 12
OCTAVI COMERON
Trilogia postfordista I – La fàbrica transparent
Col·lecció MACBA. Consorci MACBA. Donació Hereus Octavi Comeron
En el 2001 Volkswagen inauguró en la ciudad alemana de Dresde la planta de montaje del modelo de alta gama Phaeton, bautizada como Die Gläserne Manufaktur (‘la fábrica transparente’). Recubierta de vidrio y con suelo de parqué, la planta convertía la cadena de producción y la actividad de los trabajadores en un escenario para clientes y visitantes. La Gläserne Manufaktur es fábrica y teatro, una cadena continua que produce vehículos y escenifica esa producción ofreciéndola como espectáculo.
La trilogía de Comeron en torno al postfordismo señala algunos lugares, como la fábrica transparente, en los que las formas de trabajo, la producción de subjetividad y la ideología se entrelazan de manera compleja, mostrándonos un espacio de trabajo y consumo espectacular, transparente y aséptico, en el que el antagonismo parece imposible.

 


CHE fase2 EnTransicio 08
MARION CRUZA, PABLO MARTE
Mañana Goodbye. Grupo de mujeres que trabajan juntas, 2016
Serie de doce capítulos que indaga en el cambio de modelo productivo por el cual la antigua fábrica de tabacos se convirtió en el actual Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera de Donostia. Al acecho, dos grandes interrogantes: ¿qué necesitamos del pasado cuando se trata de trabajo? y ¿cómo y desde dónde se puede hablar de memoria?
La creación de los capítulos se acompañó de un programa de encuentros, conversaciones, pases de películas y talleres titulado Después de la salida de la fábrica, que parte de las escenas fuera de plano que siguen a dos películas que inauguran la historia del cine en 1895: La llegada de un tren a la estación y Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon, de Louis Lumière. Cada uno de estos encuentros plantea escenas posibles del «después de la salida de la fábrica» con el objetivo de hablar de asuntos como cine y trabajo, trabajo y género, experiencia y memoria, sujeto individual y sujeto colectivo o lo productivo y lo improductivo.

 


CHE fase2 EnTransicio 02
RAQUEL FRIERA
La selva laboral, 2015-en proceso
Raquel Friera, mediante diversas obras recientes, está abordando el tema del trabajo contemporáneo en nuestro contexto social y desde la perspectiva subjetiva de género. Cuestiones como la precariedad laboral, la dignidad de las personas frente a la explotación en tiempos de alta competitividad para conseguir trabajo o las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas, son tratadas para evidenciar situaciones degradantes, así como el trato desigual al que muchas mujeres están sometidas en el contexto contemporáneo.
La selva laboral es el primer capítulo de una trilogía titulada En vías de extinción, que se inspira en la serie El hombre y la Tierra de Félix Rodríguez de la Fuente, emitida en los años 80 por TVE. La selva laboral está dedicado a una «especie» de personas que cada vez es más difícil de encontrar en nuestra sociedad; podríamos decir que se trata de una rara avis que está, efectivamente, «en vías de extinción». Nos referimos a las personas que, estando en el paro, han rechazado un puesto de trabajo por considerar que atentaba contra la dignidad y las condiciones laborales mínimas. En la actual crisis, ¿quién se atreve a rechazar un trabajo?
Las historias que se explican en estos capítulos de La selva laboral son historias reales de personas que han colaborado gracias a la mediación del proyecto APAC (Associació de Persones Actives en Atur).

 


CHE fase2 EnTransicio 03
FÉLIX PÉREZ-HITA, ANDRÉS HISPANO, INGRID GUARDIOLA
Soy Cámara
Soy Cámara es un proyecto de docu-ensayo audiovisual que experimenta sobre formatos audiovisuales desplegando una perspectiva crítica hacia temas que afectan a la sociedad o a la cultura. Está producido por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), y recientemente ha hecho una transición pasando de la emisión por televisión (TVE2) a difundirse desde la red (youtube.com/SoyCamaraCCCB). En este proceso está ampliando sus colaboraciones y diálogos con universidades y realizadores externos.
Con estos dos docu-ensayos, los autores se aproximan al tema del trabajo y despliegan diversas cuestiones vinculadas a él. A través de declaraciones de Guy Standing, Yann Moulier-Boutang, Cristina Carrasco, Judy Wajcman o David Harvey se abordan cuestiones como la centralidad del trabajo en la vida de las personas, el capitalismo cognitivo, la ascensión del precariado, el mercado global o el sesgo sociológico del trabajo, que afecta a cuestiones de género, clase, raza y cultura, entre otros.

1) ¿Por qué trabajamos?
20 min, 2016
«Iban al colegio, luego treinta años en el mercado laboral, dos años de jubilación y caían muertos», dice Guy Standing. ¿Por qué trabajamos? ¿Para ganarnos la vida o para perderla?
Yann Moulier-Boutang nos adentra en la historia del trabajo, de la explotación y de la dominación disciplinaria del capitalismo; Guy Standing aborda el precariado (concepto desarrollado por él mismo) y la alienación laboral contemporánea, y Judy Wajcman nos alerta sobre el riesgo de la aceleración en el trabajo. Si la mayoría de la gente está molesta con su trabajo, ¿por qué seguimos confiando en él? ¿Qué nos dicen las nuevas formas de trabajo sobre las nuevas formas de dominación social?
La pregunta «¿Por qué trabajamos?» fue el tema de las VI Jornadas Filosóficas de Barcelona, coordinadas por Xavier Bassas y Felip Martí-Jufresa en el CCCB, el Arts Santa Mònica y el Instituto Francés, del 14 al 16 de octubre de 2015.

2)  Género y tecnología
10 min 15 s, 2016
Ni la historia ni la tecnología son herramientas inocuas. Tal como indica la socióloga Judy Wajcman, las tecnologías reflejan los valores y experiencias de la gente que las diseña. Lo mismo podríamos decir de la historia para entender la falta de presencia de mujeres y de personas de países en desarrollo tanto en el ámbito de la ciencia y la tecnología como en el de los nuevos espacios de comunicación como la Wikipedia o incluso Google. Las nuevas tecnologías están diseñadas por hombres jóvenes y blancos, y Silicon Valley es una cantera de estos programadores y diseñadores tecnológicos, muchos de los cuales se consideran «héroes randianos» en honor a las teorías liberales e individualistas de Ayn Rand. ¿Qué consecuencias se desprenden de este dilema tecnosociológico?

 


CHE fase2 EnTransicio 04
FAAQ, Torreón, estudiants de la Universitat de Granada i Asociación de Parados Casería de Montijo
Parc Públic Agrícola Huertas del Río Beiro (Casería de Montijo, Granada), 2012-en curs
El projecte del Parc Públic Agrícola Huertas del Río Beiro constitueix un exemple de col·laboració entre grups diversos —universitaris, arquitectes, artistes, organitzacions de persones en situació d’atur, veïns i veïnes— per a l’apropiació del territori i la creació d’estructures de suport mutu que s’articulen a través de pràctiques culturals i relacionals i també productives, específicament a l’entorn de la producció agroecològica.
Iniciat al final del 2012 arran d’una ocupació duta a terme per l’Asociación de Parados de Casería de Montijo, un barri del districte nord de la ciutat de Granada, el projecte constitueix una resposta col·lectiva i organitzada davant una situació d’atur que la ideologia dominant tendeix a individualitzar culpabilitzant-ne en última instància les persones que la pateixen. És amb aquest procés de subjectivació que el projecte confronta formes comunitàries de relació i cooperació per al sosteniment de la vida i el territori.

 


LEFT HAND ROTATION
La Perse no está en venta, 2013
Left Hand Rotation viene trabajando en diversos contextos sobre la gentrificación y el papel de punta de lanza que a menudo juega la cultura en el proceso de transformación de un barrio. Existen diversos ejemplos arquetípicos en los que los artistas, ubicándose en una zona concreta, la mayoría de las veces atraídos por los bajos costes de los precios de los espacios y por su dimensión, han contribuido a poner de moda un lugar. Posteriormente, el excedente de capital privado ve en él la oportunidad de invertir mediante operaciones inmobiliarias. Cuando esto ocurre los precios tienden a subir, imposibilitando que muchas personas puedan seguir habitando este lugar, incluyendo los propios artistas que habían ocupado inicialmente los espacios. También cuando esto ocurre, el propio lugar tiende a estetizarse, elitizarse, uniformizarse y, con la promoción necesaria, globalizarse. Algunos de estos fenómenos se han dado de forma más espontánea, pero cada vez más son parte de una estrategia de reurbanización y de las políticas que adoptan estrategias neoliberales para competir en el mercado de las ciudades marca. En este proceso más organizado, muchas veces se quieren preservar los elementos esenciales que caracterizan el lugar, atrayendo y combinándolos con elementos externos como el arte, el diseño, la moda, la cocina o cualquier otra actividad «creativa» que aporte un valor añadido. Sin embargo, el resultado final tiende a convertirse en una escenificación, una tematización o una turistización de la vida del barrio. Dignificar los espacios y mantener un equilibrio con la gente que los habita, cuando estos perciben salarios o rentas más bajas, resulta complejo y contradictorio en el capitalismo real, donde el espacio habitable es fruto de la inversión y la especulación.
La Perse no está en venta es una fotonovela que forma parte del proyecto Gentrificación no es un nombre de señora, y en ella se alerta de los indicios de gentrificación que vive el barrio obrero de la Perseverancia en Bogotá, y en consecuencia del riesgo de perder la propia esencia del barrio, además de muchos de sus habitantes.

 


CHE fase2 EnTransicio 10
ROGELIO LÓPEZ CUENCA
Mapa de Mataró. El revés de la trama, 2009
Mapa de Mataró formó parte del proyecto El revés de la trama, concebido a partir de la realización del taller Derrotas alternativas: Now/here Mataró (Can Xalant-Idensitat, 2008). Un grupo de trabajo surgido de ese encuentro y constituido por Roser Caminal, Ismael Cabezudo, Laura Marte, Cecilia Postiglioni, Daniela Ortiz y Anna Recasens trabajó con Rogelio López-Cuenca en una investigación para delimitar una geografía «otra» de la ciudad que permitiría recorrer la historia local de modo(s) que de(n) constancia de aspectos que habitualmente son contemplados de manera aislada.
Así pues, la historia recurrente de la industria textil en Mataró se entrelaza con la crisis del capitalismo industrial o la globalización de los mercados, pero también, y sobre todo, con el modo en que el poder se encarna en los cuerpos y las vidas de los individuos —en forma, por ejemplo, de migraciones masivas provocadas por la demanda de mano de obra, el tráfico de esclavos hacia las colonias o la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo asalariado.
El mapa, en su forma, implica un rechazo de la narración autoritaria y lineal, y ofrece así un plano sobre el que desplegar lecturas y recorridos posibles por la memoria del territorio.

 


CHE fase2 EnTransicio 09
JULIA MONTILLA
Domingo todos los días, 2016
Para muchas personas, la situación de desempleo pone en crisis parte de los hábitos y estructuras de valoración que los definen como sujetos socialmente útiles y sobre los que han construido su identidad. Bajo el neoliberalismo, el trabajo y su reverso, el paro, constituyen formas de subjetivación que permiten reducir un problema social a uno de carácter individual. Así pues, el estigma de estar en paro funciona como un dispositivo de gobernanza que responsabiliza individualmente a las personas de su «fracaso»; de este modo se psicologizan y naturalizan la pobreza y el desempleo, que se achacan a una falta de actitud emprendedora y de capacidad de adaptación, al tiempo que aquellos se presentan como hechos sobrevenidos, como fenómenos catastróficos y no como el resultado de un régimen de producción y un orden social injustos.

En el verano de 1996, un grupo de parados se organizó en Berlín con el nombre de Die Glücklichen Arbeitslosen (‘los parados felices’). La consideración del paro como un estado feliz, que abre la posibilidad de un tiempo y una actividad al margen del trabajo remunerado, subvierte buena parte de estas lógicas y debilita la asociación entre trabajo y salario: si la producción es siempre dependiente de formas de cooperación social y los individuos son siempre interdependientes, entonces la remuneración por el trabajo habría de ser social y pasar por la distribución de renta. Por otro lado, en tanto que la cantidad de trabajo necesario para el sostenimiento de la vida no podría ser medida, el salario no debería vincularse a una actividad concreta de trabajo.
Veinte años después de aquel verano, Julia Montilla organizó un encuentro festivo en Trinitat Vella, planteado como una «salida del armario» del paro e inspirado en la experiencia de los parados felices. Junto al póster del evento, Julia Montilla muestra materiales gráficos de movimientos que han cuestionado la centralidad del trabajo asalariado, entre los que destacan los de las movilizaciones de agrupaciones de parados franceses entre noviembre de 1997 y abril de 1998, que culminaron en la asamblea de parados en el campus de Jussieu de París y que generaron una gran adhesión social.

 


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MONTSERRAT MOLINER
Intento de asesinato, 2014
Intento de asesinato nace de observar el último capítulo de la Fábrica Aconda, una fábrica de manipulado de papel fundada en 1945 y conocida como «La fábrica», en Flaçà. Después de meses de batallar para encontrar una salida, terminó la actividad en el año 2009 y 240 personas se quedaron sin trabajo.
Desde que se subastó por primera vez el inmueble en el 2014, gente de todas partes, como «hormiguitas», comenzaron a llevarse las máquinas, el mobiliario y todo lo que quedaba dentro. Finalmente, una vez desmantelada, se tapió. Todo ello era un vivo reflejo del desmantelamiento, la precariedad, el ingenio, la necesidad y el espíritu de supervivencia, que aparece después de la sensación de aislamiento, fracaso y saturación mental que provoca la pérdida de muchos lugares de trabajo en un determinado contexto. Este proyecto es un ejercicio para reconstruir, a partir de fotografías y dibujos, algunos de los diferentes momentos de la historia de un espacio que, para todo un pueblo de poco más de 1.000 habitantes, recibía el nombre de «La fábrica». Es también una metáfora de la vida que resurge después de la muerte física de los edificios, la muerte de las actividades de los espacios creados, la muerte de las relaciones laborales, y el desmantelamiento que como sociedad o comunidad sufrimos de una manera reiterada.

 


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MARC PATAUT
Cadenas industriales para el nuevo siglo / Industrial Chains for the New Century, 2007    
Col·lecció MACBA. Fundació MACBA. Col·lecció Fundación Repsol
La obra de Marc Pataut se asocia habitualmente a un ámbito de actividad, a una situación social, a una historia o a una intervención sobre el contexto institucional. En este caso hace referencia a las cadenas de montaje de la fábrica SEAT de Martorell. En un momento en el que las ciudades contemporáneas invierten grandes cantidades de dinero en las industrias del conocimiento, en las industrias turísticas y del espectáculo, y envueltas muchas de ellas en una carrera hacia la competitividad internacional por generar una marca reconocible y atractiva a los flujos de personas y de capitales, Marc Pataut nos propone una mirada hacia la producción industrial. La industria y sus dinámicas productivas asociadas a los obreros de las cadenas de montaje, cada vez más robotizadas, siguen siendo una de las bases de la economía capitalista, cada vez más interesada en la ingeniería financiera. La Barcelona del diseño también tiene un gran pasado industrial, aunque desde hace años ha trasladado sus espacios productivos a otras ciudades del área metropolitana, ciudades que en la época del «desarrollismo» crecieron rápidamente como ciudades obreras. La SEAT es una de las empresas que ejemplifica la conexión de Barcelona con el contexto territorial a través de la producción industrial. Inicialmente vinculada al barrio de La Marina-Zona Franca, donde actualmente quedan los edificios construidos para los obreros, ahora está desplegada en la ciudad de Martorell, con una cadena de producción altamente tecnificada.
(Esta serie fue producida en el 2007 dentro del proyecto fotográfico Imágenes metropolitanas de la nueva Barcelona, realizado en el marco de la exposición del MACBA Archivo universal. La condición del documento y la utopía fotográfica moderna.)

 


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MARÍA RUIDO
ZONA FRANCA: del muelle de carga al call center, 2009
Vídeo, 20 min
¿Qué papel juegan las zonas francas en los arreglos espaciales del capitalismo globalizado? En los últimos años se ha generalizado la idea de que la industria manufacturera ya no constituye la base productiva de las sociedades capitalistas avanzadas, pero si consideramos el total de los servicios externalizados a empresas como parte de la actividad industrial, esta afirmación resulta menos clara; más aún si atendemos a la conexión de estos servicios con los mercados inmobiliario y financiero.
En la Zona Franca de Barcelona conviven algunas industrias pesadas —ya residuales— con las zonas habitables a las que dieron lugar y con las industrias limpias del capitalismo informacional, que obtienen ventajas fiscales por hacer de este un lugar de la ciudad atractivo para inversiones que generen nuevas zonas de servicio y vivienda.
Mientras los estibadores aún descargan fardos y los obreros salen de la fábrica, los grandes contenedores se apilan en los diques y los nuevos proletarios transnacionales entran en el call center.

 


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ALLAN SEKULA
School is a factory, 1978-1980
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid
Entre 1976 y 1979, Allan Sekula se encuentra dando clases de historia de la fotografía en un curso nocturno de un community college del sur de California. Esta obra toma como referencia esta experiencia personal para cuestionar el perverso rol que asumen las escuelas públicas al ofrecer un programa educativo profesionalizador con la promesa, raras veces cumplida, de dar empleo a los alumnos. Una obra que alterna fotografías en blanco y negro de alumnos de la escuela con textos e imágenes gráficas, para ofrecer un discurso crítico al sistema capitalista y el papel que tiene la escuela dentro de él. Una de las primeras críticas es que las empresas derivan al sistema público la formación de sus trabajadores, mientras muchas de ellas deslocalizan la producción hacia países en vías de desarrollo, donde consiguen mano de obra más barata. Es crítico también con la función «formateadora de individuos» que asume la escuela, con el fin de integrarlos al sistema social. La primera de las imágenes es clara en esta idea: a partir del texto de uno de sus directivos, «las escuelas son en cierto sentido fábricas en las que la materia prima son los alumnos, que deberán ser formados y moldeados como productos que darán respuesta a las diversas demandas de la vida contemporánea». Cada una de las imágenes, junto con el texto, deja entrever elementos ocultos que el autor trata de evidenciar. Temas como la relación entre industria y especulación urbana, precarización laboral y movilidad, la explotación de inmigrantes y refugiados en las industrias, la construcción de deseos y ambiciones ficticias en los estudiantes, la diferenciación de clases sociales a partir de la formación entre los trabajadores que toman este tipo de formación pública y las élites que van a costosas escuelas, la efimeridad del mundo del arte o la relación entre mercado del arte y empresarios capitalistas. La obra expone argumentos problemáticos en la intersección entre la sociedad capitalista avanzada, la especialización de la educación, la cultura industrial, las políticas educativas y el mercado laboral.

 


Colectivos impulsores de Cohabitar entre:
Idensitat es un proyecto de arte que experimenta formas de incidir en el territorio en sus dimensiones espacial, temporal y social. Se articula como un sistema que incorpora otros proyectos, acciones o intervenciones que se despliegan en diferentes espacios y contextos. Desde el 1999 impulsa actividades que combinan la investigación, la producción, la educación y el comissariado.
LaFundició es una cooperativa que, desde el 2006, desarrolla procesos de trabajo en los cuales se entrecruzan la práctica social, la cultura y la construcción colectiva de conocimiento.
Sinapsis es un colectivo de investigación y producción alrededor de las prácticas artísticas y culturales colaborativas contextuales, que desde el 2007 hace hincapié en el trabajo en red desde la negociación/mediación cultural y la pedagogía crítica.
Transductores es una plataforma de mediación, investigación y comissariat colaborativo activada el 2009. Ha diseñado procesos de comissariat y mediación a nivel estatal e internacional.